Justo cuando la profesora les propone hacer un descanso y tomar unos buñuelos, a Carmela le entran ganas de ir al servicio. Cuando vuelve ya no queda nada del festín y, disgustada, le pide a su madre que le haga unos buñuelos para ella sola. Pero como no tienen sartén, han de pedírsela a Tío Lobo, que a cambio le pide unos buñuelos, una botella de vino y un trozo de pan.
Después de hartarse, Carmela va caminando hasta casa del Tío Lobo para llevarle lo prometido, pero su glotonería hace que se meriende todas las provisiones que llevaba en la cesta. Tío Lobo, enfadado, promete venganza y le dice a Carmela que esa noche irá a su casa y se la comerá.
La niña confía en burlar al terrible animal, pero quien la hace…
